Los beneficiosos de pasar tiempo al aire libre son indiscutibles, pero nuestras actividades diarias muchas veces nos impiden poder hacerlo. El simple hecho de una ventana con vistas a la naturaleza ya consigue una sensación de bienestar. Es razonable, según demuestran numerosos estudios, que la madera al ser un producto natural y asociado a la naturaleza genera un efecto similar y beneficioso para la salud mental y física.

La madera es un material ecológico, natural, sostenible, renovable, reciclable y no tóxico. Su aprovechamiento ayuda a cuidar los montes y su durabilidad y estabilidad pueden compararse a cualquier otro material tradicional, además de ofrecer un excelente aislamiento acústico y térmico.

Puedes descargar el documento con toda la información sobre ventanas de madera; salud, medio ambiente y resistencia al fuego pinchando aquí. 

Beneficios y confort de ambientes con madera 

En el diseño de edificios e interiores se elige la madera para dar sensación de hogar, calidez y confort, además de por su estética inigualable y la gran variedad de opciones en especies de madera y acabados que ofrece. En 2006 un estudio canadiense (Appearance of Wood Products and Psychological Well-Being) apoyó esta idea al demostrar que los sujetos describían las sensaciones provocadas por los colores y la textura de la madera como de ‘calidez’, ‘confort’ y ‘relajación’.

Esta sensación de comodidad se traduce a mejoras en el estado emocional y disminución del nivel de estrés, acompañado de una reducción de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Por lo que un hogar o puesto de trabajo que disponga de madera se percibe como más confortable, cómodo, relajante y productivo.

Otro de los beneficios de la madera en el bienestar de las personas es su capacidad para mejorar la calidad del aire y por su capacidad de regulación de la humedad. La madera es un material higroscópico por lo que se encuentra constantemente intercambiando agua con el aire intentando llegar a un punto en el que sus concentraciones sean iguales. Como este es un proceso lento, la madera logra amortiguar los cambios de humedad que se producen a lo largo del día dentro de una sala, ayudando a mantenerla estable.

Además, la menor conductividad térmica de la madera respecto a otros materiales como el vidrio, el metal o cerámicos hace que sea más cálida al tacto aumentando el confort térmico a la par que aumenta la eficiencia térmica. Por ejemplo, el balance energético de las ventanas de madera es mejor que el de otros materiales. Además, en su uso en cerramientos como ventanas, gracias a su gran aislamiento térmico y estanqueidad al aire, ayuda a ahorrar grandes cantidades de energía y por tanto, mayor confort con menor coste económico.

Seguridad contra incendios

Cualquiera asociaría que la madera es el material que más rápido prende, sin embargo, se desconoce absolutamente la respuesta de la madera frente al fuego.

Todo aquel que haya intentado hacer una hoguera alguna vez sabrá lo que cuesta hacer arder una pieza grande de madera. Al arder la madera solo se ve afectada la capa externa la cual al carbonizarse crea una superficie aislante que protege el interior de la pieza (Código técnico de la edificación). Esta capa carbonizada tiene una capacidad aislante seis veces mayor a la de la madera a temperatura ambiente permitiendo que el interior de la pieza mantenga sus capacidades mecánicas.

Esto ayuda a retrasar el tiempo de colapso de la estructura, facilitando así la evacuación y extinción del fuego, algo que no ocurre con la mayoría de los materiales.

Frente a temperaturas similares, otros materiales como el acero o el plástico pierden la mayoría de sus propiedades mecánicas. Comparando una pieza de metal, una de plástico y una de madera, la única que mantendrá su estructura durante más tiempo (evitando el derrumbamiento en edificaciones) será la madera, el plástico se derrite, además, emitiendo gases tóxicos y el acero o metal colapsa, doblándose.

Es por esto por lo que los bomberos únicamente entran a la extinción de fuegos avanzados en viviendas con estructuras de madera. Donde se aseguran de que la estructura aguanta el esfuerzo mecánico.

Todo esto se ha demostrado en diferentes ensayos de laboratorio.

Medio ambiente y certificación

Los beneficios ambiéntales se traducen en bienestar personal. La madera se forma gracias al carbono retirado por los arboles de la atmosfera mediante la fotosíntesis, por lo que la madera es la única materia prima en cuya “fabricación” absorbe carbono y limpia el aire. Cuanto más prolongada sea la vida útil de la pieza de madera resultante, más tiempo estará fijado ese carbono.

La presencia de bosques ejerce una función protectora del terreno, fijándolo y evitando la erosión. Además, facilita y favorece la absorción del agua de lluvia por parte del terreno, recargando acuíferos y dificultando inundaciones.

Esto podría parecer un inconveniente frente al uso de la madera al ser necesaria su corta para conseguirla. Sin embargo, aquí es donde entra la gestión forestal sostenible y la selvicultura, que son la ciencia base de los aprovechamientos forestales europeos, donde se respeta los turnos de crecimiento de las especies, su biodiversidad y salud, la función protectora del bosque y se asegura su posterior regeneración asegurando así el recurso en el tiempo. Sin esos aprovechamientos forestales, siempre prescritos por un profesional y asegurando la sostenibilidad del monte a futuro, el monte entraría en abandono, aumentando el riesgo de plagas e incendios.

Usar madera es necesario para cumplir los planes de gestión forestal, limpiar los montes evitando acumulación de biomasa que actuaría como acelerante en caso de incendio y su aprovechamiento asegura la sostenibilidad a nivel ambiental, social y económico, evitando además el abandono de zonas rurales. Si los aprovechamientos forestales fueran malos para los montes, ¿no crees que estarían prohibidos? Y, sin embargo, es todo lo contrario, las leyes los respaldan y las organizaciones ecologistas conocen su importancia para la sostenibilidad ambiental.

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BIBLIOGRAFIA

Aries, M. B. C., Veitch, J. A. & Newsham, G. R. Windows, view and office characteristics predict physical and psychological discomfort. 30, 533–541 (2010)

Rice, J., Kozak, R., Meitner, M. J. & Cohen, D. H. Appearance of Wood Products and Psychological Well-Being. 38, 644–659 (2006).