La ventana de madera está en auge pero durante distintas épocas de la historia ha sufrido grandes altibajos. Te contamos la evolución de las ventanas de madera desde hace siglos hasta la actualidad.
La ventana en los inicios de la historia supone el cerramiento de un hueco con el fin de evitar la entrada de aire en las estancias y permitir la entrada de luz. Tiene una función esencial ya que permite la renovación del aire pero a su vez puede hacer que el aislamiento de una vivienda sea buena o mala, dejando entrar o no mucho aire.
La madera es el material por excelencia usado en la construcción. Es hace relativamente poco, con el descubrimiento de nuevos materiales cuando la madera se ve sustituida como material principal en la fabricación de ventanas.
La edad de los Metales
Con la llegada del hierro industrial fabricado en altos hornos se comienzan a fabricar perfiles de ventanas. El hierro, considerado un material “moderno”, fue tomando parte de mercado en sustitución a la madera en campos que le eran propios, como las estructuras o la carpintería de huecos.
Esto debilitó en parte el oficio de carpintería, pasándose algunos carpinteros a trabajar el hierro y adaptándose a las exigencias del nuevo material.
Sin embargo, las ventanas de hierro presentan graves problemas: son pesadas, se oxidan y no aíslan prácticamente nada pese a que representan la “modernidad”.
Tras el hierro, llega el momento de gloria en la primera mitad del siglo XX de las ventanas de acero. Las primeras ventanas metálicas eran de perfiles laminados, después extrusionados y finalmente de chapa plegada.
Algunos de los problemas antes mencionados se solucionan con la llegada del aluminio, que es un producto fácilmente extrusionable para formar perfiles huecos, ligero y menos vulnerable al exterior (aunque necesita de una cierta protección que se encontró con el anodizado primero, y el lacado después).
La ventana de aluminio llega a su punto álgido entre los 50 y los 70 del siglo XX con perfiles muy estrechos (en torno a 40 mm en los sistemas practicables y 55/65 mm en los deslizantes). Hasta los años 90 no aparecen los perfiles con rotura de puente térmico (RPT) que no se generalizan hasta los años 2000.
La más atractiva de la época es la ventana de aluminio corredera, por su ligereza y la delgadez de su perfil mientras que en madera solo se conocía la versión corredera vertical que recibía el nombre de guillotina.
El gran problema de la carpintería de aluminio ha sido el despilfarro energético, lo que acabó parando su extendido uso.
La Era del Plástico
En la década de 1970 aparece la ventana de PVC. En esta época de la subida del precio del petróleo hace plantear a la sociedad occidental la necesidad ahorrar energía en las viviendas y el cambio de los sistemas de calefacción.
La ventana de PVC es más hermética y, aunque procede del petróleo, no se ve afectada por la crisis de precios ya que se trata de un derivado con precios más competitivos.
Las nuevas ventanas de plástico eran blancas y espumosas, con unos marcos gruesos y voluminosos que alojaban con comodidad los primeros vidrios dobles, con cámara, mucho más aislantes que los antiguos. Fue aceptada con entusiasmo por el mercado, especialmente por la clase media.
Así, se recupera el marco grueso y se confirma que no tiene porqué ser señal de atraso tecnológico, afianzando la idea errónea de que el doble acristalamiento o su mantenimiento excluyen definitivamente a las ventanas de madera.
Hasta aquí la primera parte de la historia de la ventana de madera en nuestro país. Interesante, ¿verdad? Hasta ahora sólo hemos hablado de la caída de la ventana de madera pero en nuestro siguiente artículo veremos cómo vuelve a la carga con más fuerza que nunca. ¡No te lo pierdas!
Nuestra fuente para este artículo ha sido AITIM