MAteriales adecuados salud y bienestar

¿Qué conduce a una mejor productividad y, en última instancia, beneficia a la empresa y a la economía?

Cada vez más nos enfrentamos a informes, revistas e investigaciones que ofrecen resultados sobre cómo nuestro entorno y los materiales que nos rodean tienen un gran impacto en la salud y el bienestar. Todos tienen algo en común y es que los materiales naturales son buenos para la salud y el medioambiente, y los materiales no naturales aportan menos beneficios o incluso pueden ser perjudiciales, no sólo para la salud, también para el medio ambiente.

Aclaremos lo que queremos decir con «edificio saludable».

En el pasado se utilizaban algunas técnicas que a día de hoy serían impensables, podemos recordar el uso en el pasado de amianto y la pintura con plomo. Al igual que ocurrió en el pasado, es de esperar que algún día, en un futuro no muy lejano, el PVC y otros materiales tóxicos no reciclables los recordemos como algo del pasado dentro de pocos años. Pero la construcción saludable va más allá que simplemente no usar químicos tóxicos.

Deberíamos elegir los materiales adecuados tanto para las personas como a nivel estético.

Según un estudio japonés, el plástico, el metal y el vidrio tienen efectos negativos en la salud, algo a tener en cuenta no sólo en el hogar sino también en el lugar de trabajo ya que se ha demostrado que aumentan la presión arterial y los niveles de estrés. Mientras que los ambientes ricos en materiales naturales, especialmente la madera, pueden disminuir la presión arterial y los niveles de estrés.

Menos estrés, equivale a presión arterial más baja y sistema inmunológico más saludable. Todo esto se traduce en empleados más saludables y felices. Esto conduce a una mejor productividad y, en última instancia, beneficia a la empresa y a la economía. Todo el mundo sale ganando.

Es posible que haya oído hablar de los Compuestos orgánicos volátiles (COV) antes.

Los COV son productos químicos liberados a través de la quema de combustibles fósiles, procesados ​​con materiales sintéticos y pueden estar presentes en los productos de consumo diario. Se trata de un veneno socialmente aceptado para la salud humana. Socialmente aceptados, ya que durante muchos años fueron un subproducto aceptado gracias a su coste vs beneficios como producto, que se considera que vale la pena el riesgo para la salud que supone. Pero hoy, con una creciente preocupación por la salud personal y por el planeta, no necesitamos aceptar el uso de este tipo de productos. Y la forma más sencilla de empezar a reducirlos en nuestro día a día es empezar sin ellos, en lugar de empezar a eliminarlos.

¿Por qué?

Si pasamos casi todo el día dentro de edificios; en casa, la oficina… Es nuestra responsabilidad asegurarnos de tener un entorno de trabajo y vida saludable.

Y la madera es en gran medida la solución.

Cambiar a madera en la construcción no significa que de repente no tengamos que preocuparnos por las emisiones de carbono y la derrota del cambio climático. Pero ofrece un gran abanico de posibilidades y a nivel medioambiental es imprescindible su uso para evitar el abandono de los montes y mitigar el cambio climático.

Desde la perspectiva de la responsabilidad personal, ¿no es nuestro deber preservar el planeta para las generaciones futuras? No lo lograremos si continuamos con las mismas prácticas con el uso de materiales que suponen altas emisiones de carbono y de baja reutilización a las que estamos acostumbrados.

Es esencial adoptar un enfoque centrado en el ser humano para los edificios. Lo que lleva a mejoras cuantificables en la productividad, el bienestar y una reducción de los días de ausencia por enfermedad en ambientes laborables.

Ahora debemos actuar, por el bien de nuestra salud futura.

Fuente: https://www.accoya.com/uk/choosing-the-right-materials-for-health-and-wellbeing/